lunes, 30 de junio de 2014

Primeras vacaciones del bebé

Garantizar la comodidad y la seguridad del bebé debe ser prioritario al elegir el alojamiento de las vacaciones. Sea cual sea el destino elegido, debe cumplir siempre con ciertos requisitos.

Las primeras vacaciones del niño son todo un acontecimiento, pero es necesario prepararlas con tiempo y teniendo en cuenta una serie de detalles indispensables cuando se viaja con un bebé o un niño muy pequeño. Lo ideal es recrear al máximo posible el ambiente del hogar, para que el pequeño no se sienta extraño, al tiempo que tiene todas las comodidades que necesita.
Mientras el niño es más pequeño, el alojamiento más recomendable son los hoteles, los apartamentos o las casas alquiladas. A medida que el bebé vaya creciendo se pueden tener en cuenta otras opciones como los bungalows, las caravanas e, incluso, el camping.

Cómo debe ser el alojamiento destinado a las primeras vacaciones del bebé
- Es muy recomendable comprobar y conocer a qué distancia se encuentra el servicio pediátrico más cercano.
- El lugar donde descansará y dormirá el niño también es muy importante, por lo que los papás deberán procurar que la cuna en la que dormirá el bebé responda a sus necesidades y a los requisitos de seguridad y comodidad.
- Se puede comprar una cunita de viaje, que resulta muy fácil de llevar (cerrada tiene casi las mismas dimensiones que una bolsa de golf) y que no tiene nada que envidiar a una cuna rígida tradicional.
- En cualquier caso, es necesario que la habitación destinada al pequeño responda a sus necesidades de sueño y de juego, y que el niño disponga de juguetes familiares, de modo que se habitúe al nuevo ambiente de una forma menos traumática.

Si se decide pasar las vacaciones en un hotel, sería oportuno conocer de antemano los siguientes puntos:
- Frecuencia con que se limpia la habitación y se cambian las sábanas y las toallas.
- Las tomas eléctricas no deben estar colocadas en lugares bajos, al alcance niño.
- La habitación debe estar en un lugar tranquilo.
- La cocina debe tener un horario lo más amplio posible y disponer de calienta biberones. Además, debe tener menús adecuados a los niños.
Si el hotel ofrece cunas, deben garantizar la máxima comodidad y seguridad.

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