martes, 1 de julio de 2014

Enfermedades mas comunes en los bebés y como tratarlas

Es muy difícil estar tranquila cuando tu bebé está enfermo. A muchos papás no les gusta siquiera pensar en esa posibilidad. Ciertas enfermedades, sin embargo, son tan comunes durante el primer año del bebé que son casi de rutina. 

Es muy probable que tu bebé experimente una o más de las siguientes seis enfermedades durante su primer año de vida. Por fortuna, hay cosas que tú puedes hacer para tratar algunos de los síntomas y para que tu bebé no esté tan incómodo. 


Estreñimiento

El estreñimiento es muy común y afecta a alrededor del 30 por ciento de los niños en algún momento. Ten en cuenta que no existen horarios o números “normales” cuando hablamos sobre la caquita de los bebés. Tu bebé tendrá su propio patrón. Algunos bebés hacen caquitas después de cada comida y otros solamente hacen un par de veces a la semana. 

Su patrón individual depende de lo que come y bebé, qué tan activo es, y qué tan rápido digiere sus alimentos y elimina el desperdicio. Con la práctica, podrás adaptarte a los patrones únicos de tu bebé. 

Si estás preocupada porque crees que tu bebé está estreñido, hay un par de señales a las que debes estar atenta. Un indicio es que hace menos popó que de costumbre, especialmente si no ha hecho en tres días o más y es muy obvio que le resulta incómodo cuando defeca de nuevo. Otra señal de que puede estar estreñido es cuando sus haces son duras y secas y son difíciles de pasar, sin importar qué tan frecuentes son. 

Si notas caquitas muy líquidas en el pañal de tu bebé, no asumas que es diarrea. De hecho, puede ser evidencia de estreñimiento. Las caquitas líquidas pueden traspasar la obstrucción de la parte baja del intestino y terminar en el pañal de tu bebé. 


Tos y resfriados

Es casi seguro que tu bebé se resfriará durante el primer año. Existen cientos de virus que causan resfriados o catarros, y tu bebé no puede combatirlos tan fácilmente como tú porque su sistema inmune está todavía desarrollándose. Además, los bebés exploran todo con sus manos y bocas, dándole a los virus que causan los resfriados amplia oportunidad para entrar en sus organismos. 

Los resfriados son especialmente comunes en el otoño e invierno, cuando los bebés pasan más tiempo dentro de sus hogares, un ambiente en el cual los virus pueden propagarse más fácilmente de persona a persona. 

En promedio, los adultos pescan de dos a cuatro resfriados al año; el niño promedio de seis a diez. Un niño que está en la guardería puede tener ¡hasta doce resfriados al año! 

Dilucidar si tu bebé tiene un resfriado común, una alergia, o una enfermedad más sería puede ser difícil. Las características de un resfriado incluyen una nariz que no para de gotear (con moco claro, amarillento o verdoso), estornudos, y posiblemente una tos o fiebre leve. Más indicios: 

Comportamiento. Un niño que tiene un resfriado común puede continuar jugando de manera habitual. Si es una enfermedad más seria, probablemente tendrá menos energía y estará malhumorado. 

Comienzo gradual. Un resfriado inicia sigilosamente, se agrava, y se calma en 10 días más o menos. Enfermedades como la influenza con frecuencia tienen un comienzo rápido. Las alergias suelen ser continuas, y no causan fiebre. 

Rozaduras de pañal

Las rozaduras de pañal son un hecho en la vida de los niños. Casi todos los bebés sufren de rozaduras de pañal alguna vez. Curiosamente, en los países donde los pañales no se usan, las rozaduras de pañal son casi desconocidas. Sin embargo, en Estados Unidos, cerca de uno de cada cuatro bebés padecen de rozadura de pañal durante su primer mes de vida. 

La rozadura de pañal no es un signo de que eres una madre descuidada, aunque ciertamente puedes creer que es así cuando observas la piel suave y tersa de tu bebé, roja e irritada. Es cierto que un bebé al que se le deja en un pañal sucio por demasiado tiempo tiene más probabilidades de desarrollar una rozadura. Sin embargo, cualquier bebé con piel sensible puede rozarse, aun si sus padres lo cambian de pañal cada dos por tres. 

Aun los pañales más absorbentes en el mercado no remueven toda la orina de la delicada piel del bebé. La orina mezclada con bacterias en la popó se descompone y forma amoníaco, el cual puede ser muy áspero. 

La introducción de nuevos alimentos sólidos en la dieta del bebé, puede cambiar la composición de la popó o hacer que el bebé evacúe con más frecuencia, lo cual puede causar rozaduras. 

Diarrea

Cuando tu niño tenga diarrea, podrás identificarla de inmediato al verla. A diferencia de una popó líquida, que se presenta de vez en cuando, la diarrea tiende a ser más frecuente, líquida y más aguada (o demasiado aguada). Algunas veces también tiene un olor fétido. (El bebé que es normalmente alimentado con leche materna produce una popó suave con una forma que es reconocible; también tiene un olor dulzón, como a mantequilla, o no tiene un olor real). La racha de diarrea puede durar por varios días y a veces es acompañada por dolores con retortijones. 

Una diarrea aguda es común en los niños; hasta 1 de cada 6 niños visita a su doctor cada año a causa de un episodio. Las causas en la mayoría de los casos en bebés son infecciones bacterianas o virales. 

La diarrea causada por una infección viral puede estar acompañada por vómito, dolor abdominal, fiebre, escalofríos y dolores musculares. Una infección bacteriana puede ir acompañada de calambres, sangre en la popó, fiebre, y tal vez vómito. Algunas veces las alergias a los alimentos o una reacción a un antibiótico causan diarrea. 

El tomar jugo en exceso es también una causa común de la diarrea. La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda no darle jugo de frutas a los bebés durante los primeros 6 meses, y no más de 4 onzas (118 ml) al día después de esa edad. 


Infecciones de oído

Los niños padecen más infecciones de oído (otitis aguda media) que cualquier otra enfermedad diagnosticada, excepto por el resfriado común. Del 80 al 90 por ciento de todos los niños sufren de una infección de oído antes de los 3 años. Algunos niños, no muy afortunados, padecen de infecciones de oído una y otra vez. ¿Por qué? 

Primero, tu bebé está físicamente predispuesto a las infecciones de oído. El espacio pequeño detrás de cada tímpano está conectado con la parte de atrás de la garganta por un canal minúsculo llamado trompa de Eustaquio. Cualquier cosa que interfiera con la función de la trompa de Eustaquio o bloquee su drenaje normal de la parte media del oído, como comúnmente pasa con los resfriados e incluso las alergias, pueden aumentar el riesgo de infección. 

Los bebés tienden a padecer infecciones de oído más que los niños pequeños debido a que las trompas de Eustaquio son bastante planas en un bebé. A medida que la cabeza del bebé crece, las trompas adquieren una posición más vertical, de modo que el líquido puede drenar con mayor facilidad. 

Tu bebé estará más propenso a padecer de infecciones de oído si está expuesto al humo del cigarrillo, si asiste a una guardería, o lo alimentas con biberón cuando está acostado. El uso prolongado del chupón parece también incrementar el riesgo de este tipo de infección. Y algunas veces una infección de oído ocurre de la nada y sin razón aparente. 

Los síntomas comunes de una infección de oído incluyen: 

  • Un cambio súbito en el comportamiento (llanto e irritabilidad).
  • Los bebés más grandes puede jalarse o frotarse las orejas.
  • Vómitos, por lo general sentirse enfermo, y algunas veces diarrea.

Vómito

Casi todos los bebés vomitan en algún momento. Vomitar es por lo general más fuerte y en mayor cantidad de lo que tu bebé regurgita después de comer. Si tu bebé parece afligido cuando esto está pasando, está probablemente vomitando. Regurgitar no perturba en lo absoluto a la mayoría de los bebés. 

A menos que sea persistente, vomitar es rara vez peligroso y las posibles causas son muchas. Puede ser una señal de una enfermedad (como una gastroenteritis viral, una infección del tracto urinario, una infección de oído, o algo más serio) o debido a problemas alimenticios o simplemente está comiendo demasiado. 

Otras posibles causas incluyen una alergia, ingerir algo tóxico, o tan sólo toser o llorar en exceso. Un bebé muy molesto puede literalmente “enfermarse a sí mismo". 

No es fácil determinar con exactitud la causa del vómito, así que es mejor también estar alerta a otros síntomas. Por ejemplo, una infección viral que causa vómito normalmente provoca diarrea o fiebre. El vómito relacionado con alimentos ocurre poco después de las comidas. 

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