Fimosis
Todos los niños nacen con un cierto grado de fimosis. Empieza a ser preocupante si no se corrige antes de los 3 años.
- ¿Qué es y a quiénes afecta?
La fimosis afecta sólo a los niños. Es una estrechez del orificio del prepucio, la piel del pene que cubre el glande, y que impide la salida del glande. En algunos casos dificulta la evacuación de la orina y puede causar inflamación e infección. Todos los niños nacen con cierto grado de fimosis, que se corrige sola, por eso sólo empieza a preocupar a partir de los 3 años de edad (antes, si se ha producido alguna incidencia). El pediatra indicará la solución más adecuada para corregir el problema. - ¿Es igual que las adherencias?
No hay que confundir la fimosis con las adherencias de la piel del prepucio, que son muy habituales en los bebés y que suelen solucionarse con la higiene diaria. - ¿Cuándo hay que tratarla?
Depende de cada caso. El médico establece el tratamiento cuando surge una balanitis: al miccionar, el niño retiene algunas gotas que pueden fermentar y provocar la inflamación del prepucio. También, cuando la piel prepucial está tan cerrada que dificulta la salida de la orina y se hincha como un globo (fimosis extrema). Y cuando la madre, al retraer el prepucio para limpiar el pene, provoca al niño de forma involuntaria pequeñas heridas. Estos cortes cicatrizan y cierran todavía más el anillo prepucial, ocasionando una fimosis cada vez más importante. - ¿Nos sirven las cremas?
En caso de fimosis manifiesta, la cirugía es el único remedio válido. Las cremas con corticoides sólo eliminan pequeñas adherencias al glande. Hay que recordar que estos productos tienen efectos secundarios, de ahí la necesidad de utilizarlos siempre bajo la indicación y la dosis aconsejada por el especialista. - ¿Cómo es la cirugía?
Consiste en extirpar el anillo estrecho de la piel del prepucio y suturar con material reabsorbible (un compuesto de ácido poliglicólico que acorta la recuperación). La circuncisión es la única técnica quirúrgica válida para la operación de fimosis. - ¿Cómo le operarán?
La intervención es relativamente sencilla. Requiere ingreso hospitalario, de un máximo de ocho horas, y precisa anestesia general suave durante la operación. Después, en casa se recomiendan los analgésicos infantiles más habituales para calmar las molestias del postoperatorio. - ¿Las curas son incómodas?
El método es sencillo. Hay que utilizar una gasa impregnada en vaselina estéril para ponerla encima del pene y sujetarla con el calzoncillo o el pañal. Cuando el niño orine hay que cambiarle la gasa. Se puede duchar sin problemas. El dolor tras la operación aumenta en relación a la edad. Es decir, estará más cómodo un niño de 3 años que otro de 7. En tres días podrá ir al colegio, ya que habrán disminuido mucho las molestias. - ¿Al orinar se le puede infectar la herida?
Al niño le suele dar miedo hacer el primer pis tras la operación, porque piensa que le va a doler, pero olvida el temor cuando necesita miccionar. Recordemos que la orina es estéril, es decir, permanece libre de gérmenes patógenos. En poco tiempo sanará sin inconvenientes. - ¿Y si se complica el postoperatorio?
En dos o tres días el niño puede hacer vida normal, correr y jugar. Es posible que si en esos días recibe un golpe fuerte en la zona, le sangre un poco. Habitualmente el proceso se detiene de manera espontánea. En caso contrario, tendrá que acudir al médico para adoptar medidas rápidas al respecto. Aun así, los casos que precisan nueva cirugía son poco habituales. - ¿Qué es la parafimosis?
Resulta de una complicación de la fimosis. Aparece con poca frecuencia. Se produce cuando la piel prepucial se retrae y aprieta tanto la base del glande que éste no puede volver a introducirse. La maniobra para corregirlo (sólo puede hacerla el médico) consiste en apretar el glande con los dedos índice y medio de una mano, para introducirlo, estirando del prepucio con los dedos de la otra. Si el método manual falla, el cirujano pediatra lo intervendrá con un pequeño corte para subirlo.
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